En 1999 el gobierno de la
Alianza socialdemócrata,
Delarruista y la i
zquierda neomarxista, había llegado al poder de la mano de los medios de comunicación; la cultura; la educación; la justicia; el clero; y parte de las organizaciones de trabajadores, con el fin de restablecer el control de los
mercados del Río de la Plata para los grupos económicos que responden al eje
Inglaterra - Francia - España. La misma intentaría por medio de la
devaluación de nuestra moneda restablecer la línea de la
Escuela Económica de Chicago, del
anarco - capitalista Milton Friedman, premio Nobel de economía (1976). La
II Internacional Socialista heredera de la
IV Internacional Marxista Leninista sería la encargada, desde áreas culturales y por la vía de quienes Perón denominó globalmente
la Sinarquía, de controlar los mercados argentinos los que durante el último gobierno Justicialista 1989/99 habían conseguido transitar el rumbo americano del Mercosur y buscaban un acercamiento al mercado norteamericano. Así, durante los dos últimos años, disfrazaron de
neoliberalismo la
intervención del mercado y controlaron el capital ocultando prolijamente su militancia
socialdemócrata olvidando, por ejemplo, que se denominaron a sí mismos
Progresistas; denominación esta, de
vieja raigambre socialista. En el camino esta espuria Alianza entre Radicales; Frepasistas; Socialistas; Demoprogresistas y Filomarxistas, pero todos militantes al servicio de la
Corona Británica y sus aliados
Franceses y Españoles, se fue
espulgando como producto de la lucha por el poder económico – financiero en tanto
se repartían
como botín de guerra, todo
ámbito de control de dinero; llenaron de
ñoquis y vanidades las áreas de la
cultura y la educación; intoxicaron la justicia desde su peor creación: el
Concejo de la Magistratura; despilfarraron acusaciones de corrupción,
sin responsabilidad ni pruebas, apoyados por
su prensa que controló casi todos los medios de comunicación y, lo que es peor, ante los fallos adversos, furiosos,
acusaron a los propios jueces. Escribieron libros enteros para ensuciar a sus opositores, de la mano de
denominados periodistas, y los apoyaron publicitariamente desde sus propios medios y por sus personeros más conspicuos, tales como locutores, periodistas y los cholulos artistas
progre. Pero no contaron con que jamás sus amigos Europeos, les darían capital para sustentar dicha fiesta. A la hora de responder con producción y trabajo las obligaciones que ellos mismos habían contraído, metieron mano a las reservas, que superaban los treinta mil millones de dólares de respaldo fiduciario, del Banco Central y luego de, casi, liquidarlos y así
asegurarse que la
devaluación era una consecuencia inevitable y que
la infiltración socialdemócrata del Peronismo heredaría lo que quedaba, se fueron del gobierno como es su costumbre.
Ahora la Patria nuevamente en crisis, confundida, dividida y desconfiada, será presa fácil de la
sinarquía que desde sus organizaciones irá encausando todo, paulatinamente, hacia las arcas de la
madre patria: Inglaterra; pero eso sí, permitiendo que
veladamente se lo culpe a
Estado Unidos, como es su costumbre. Más que nunca ahora, los pocos hombres que
con conocimiento y reserva de
materia gris quedan aún,
deben intentar detener este artero ataque que nos pone,
al comienzo del siglo XXI, al borde de ser simplemente una reserva de materas primas de futuro,
sin presente y con un pueblo que muere de hambre sobre la
Proteína Dólar.
® Jorge Burzaco Osinde
Proyección Vecinal
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