Repudio a la DAIA II

Aún se mantiene abierta la herida que el presidente de la DAIA infirió a los peronistas en nombre de la comunidad israelita, agraviando la memoria de quien fuera tres veces presidente de los argentinos, el General Juan Domingo Perón, tratándolo de “cómplice del ocultamiento de criminales de guerra nazis”.

Aún Beraja no se retractó por su felonía. Sin embargo su odio racista contra la memoria de un hombre bueno, pues nadie aún ha podido demostrar lo contrario, chocó de frente contra la actitud clara y espontánea de un pueblo que ya no tolera el descontrol.

Y manos argentinas de todo signo político y religioso laboraron sangrantes para rescatar muertos y heridos, quitando piedra por piedra de los restos humeantes de lo que, segundos antes, era la embajada de Israel, y un hogar de ancianos, y de una iglesia católica, y de todo lugar donde se escuchase un gemido de dolor humano…

Hace apenas un año el odio racial que se niega a perdonar, creía ganar una batalla más contra gerentes que ya no pueden ni sostener su endeble estructura física: Los Nazis.
Días más tarde: la muerte; actual, violenta y traicionera. El fantasma se corporizó al llamado; y hoy, Beraja y otros tantos argentinos que ignoraban esa cruda realidad que vive Israel y que se llama “guerra permanente”, muestran en sus rostros el miedo sin comprender el por que…

Se ha osado traer hasta Argentina la guerra… Han mancillado nuestro territorio con la sinrazón de un odio que los argentinos no conocemos ni comprendemos. Hoy nuestro pueblo ya comprobó como un grupo pequeño que vive de ello, nos trajo el rencor y el odio a nuestra patria… pero un rencor y un odio ajeno.

Hoy a las puertas del siglo XXI el hombre realiza “cumbres ecológicas” y paralelamente “guerras demográficas”, repudia los “crematorios Nazis” y sostiene “gigantescos campos de concentración como Gaza y Cisjordania”. Y pelea por fronteras que sólo existen en su imaginación, como los gorriones, en tanto otros como el presidente Menem, que aspiran el perfume del próximo siglo desde la altura en que vuelan las águilas, ofrecen territorios para la realización de investigaciones ecológicas.

Dejamos en quienes aún profesan “el ideologismo” como materia prima de su incultura un párrafo; el párrafo final de “El Proyecto Nacional”, el último mensaje que nos legara el General Perón, el 1º de mayo de 1974, dos meses antes de su muerte física: “El universalismo constituye un horizonte que ya se vislumbra y no hay contradicción alguna en afirmar que la posibilidad de sumarnos a esta etapa naciente descansa en la exigencia de ser más argentinos que nunca. El desarraigo anula al hombre y lo convierte en un indefinido habitante de un universo ajeno”. En esta etapa de mi vida quiero como nunca para mis conciudadanos justicia y paz: convoco con emoción a todos los argentinos a hundir hondas raíces en su tierra grande y generosa, como único camino esencial para florecer en el mundo”. (sic) Juan Perón.

Jorge Burzaco Osinde
Doctrina – Organización – Unidad
D. O. U.